Tus ojos reflejándose en el espejo,
Un gusanillo estelar asomándose por los atardeceres de una noche de olvido,
como si se tratara de un cuento de revoloteantes hadas risueñas.
Perspicaz luna que me embriagas con tus ojos delineados,
me sonríes por dentro, cual veleros incendiándose en mi alma.
Una musa perdida en el desierto,
dibujando versos acantilados en la arena,
con sus largos vestidos de blanca seda.
Una vez tomé su mano vacilante,
Y me supo a mil constelaciones,
A indescifrables situaciones,
A mar en calma asomándose en mis ojos.
Una cajita de fósforos con una florecilla blanca adentro,
como un recuerdo de tu sonriente existencia.
Un caso serio de intoxicación de la cual,
eres culpable...
Fabrizio Aragón
