Ese inexplicable misterio,
del porqué de tus aguas mediterráneas.
con tus ojos como filosofía,
viendo fijamente mi eterno momento.
La luna se mece con singular encanto,
por todo tu cuerpo, con todo el tacto.
Quién fuera luna
Y navegarte el cabello en cada ocaso.
Y es que te veo rodeada de púrpura cosmos,
con esa sonrisa eclipsada y felina,
un cálido abrazo orbitando tus días,
y una constelación que duerme en tus brazos.
No he de mentir,
te siento como verde bosque conífero.
No lo puedo evitar,
te recorro felizmente en cada paso.
Paralelas dimensiones tus momentos,
cada vez que me sonríes.
congelas todo el tiempo tras tus brazos,
detienes con sigilo mis latidos.
Fabrizio Aragón
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