El Sol no se lo podía creer,
había empezado a percibir tu piel desde muy lejos,
desde el otro lado de la playa desnuda comenzó a entibiar tu naturaleza.
Y me encantó verte sobre ese lienzo arena,
rodeada de caracolas y algas color sonrisa.
La espuma marina dibujaba la orilla de tu cuerpo suntuoso,
y el celeste azul de tu misterio me empapaba por dentro.
Empezaba a amanecer sobre nosotros,
solo una gaviota lejanamente fue testiga,
solo ella,
solo ella y nuestros besos en alta mar.
En la espesura de mi bosque te me internaste muy despacio,
con total sutileza,
con total destreza de madre naturaleza.
Solo quedaba la silueta de tu jade enterneciéndolo todo,
regalándome de su agua fría de cascada.
Mujer,
Yo quiero regalarte el bosque entero,
pero tu savia se me seca de las venas,
Quiero regalarte un Lunes de Luna llena,
pero este precipicio acantilado me corta y cercena,
quiero regalarte flores con el pensamiento.
Pero sabes,
la oscuridad de la ceniza me divaga solo muy a veces,
y a mis aguas ya no encayan restos de naufragios,
y ya toda mi vegetación reverdece con creces.
Tén
tén este ramo de pensamientos y suspiros color celeste frío amanecer,
ponlas en agua y platica con ellas de madrugada,
dedícales estrellas y una sonrisa tuya a medianoche.
Fabrizio
1 comentario:
La foto que has utilizado es preciosa! Es tuya?? Un saludo desde España!
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