bajo la lluvia

Tu cuerpo y el mío ya no eran más,
solo la lluvia quedaba de ellos, empapándolo todo.

Yo tan solo te dibujaba con saliva el pensamiento y te arrancaba la ropa muy rápidamente,
no hay tiempo que perder,
y perdí la cuenta, te llené de besos hasta secar mis aguas,
al compás de los aplausos que nos prodigaba aquella excitante lluvia fría de Marzo.

y te hice el amor tras la penumbra de ese sonido ensordecedor,
me fui internando lentamente en la humedad de tus adentros, explorándo cada pliegue de tu piel.
y me fuí llenando de ese calor infinito,
y no quise salir nunca más de tí.

Pero podía saber que estaba ahí contigo, aquí bajo la lluvia, empapados,
las felinas uñas de tus manos se encargaban de dejar ese recordatorio por toda la geografía de mi espalda,
el olor de tu sudor entremezclado con el mío,
y mis manos que no aceptaban otra forma que no fueran las tuyas.

Palpitabas hirviente, volcánica, mujer.
tu blanca piel de leche oliendo a todo mi ser,
y mi geografía total cubierta por tu savia natural.

Y te besé nuevamente y me perdi por un momento,
te quería tan cerquita, tan aquí conmigo.
¿como había sobrevivido todo este tiempo sin tenerte reflejada aquí en mis ojos?

tu piel y la mía dialogaban por lo visto,
planeaban, y se contaban historias de amor al oído.

Los suspiros se dejaron venir como aguacero torrencial...

y te fuí tomando suavemente de las manos, y te apreté fuertemente derrepente,
y fuí penetrando tu selva con total lentitud de Luna llena.

y me veía en tus ojos, y jadeante te mordía levemente el cuello,
en busca de agua de manantial, en busca de tu sonrisa.

Amor llévame una vez más a ese nuestro lugar secreto,
donde mi reflejo se refleja en el tuyo,
donde puedo contar cada lunar que habita tu cuerpo,
y nuestros labios se niegan a concluir con esta historia que nunca terminó.


c-4