Luna, señora Luna

recibe mis versos y guárdalos en ese cofre donde solíamos guardar nuestro amor a la deriva, y léeselos a nuestros recuerdos cuando ya hayan pasado muchos años antes de dormir,

Y es muy cierto señora Luna, usted fué mi primer suceso celestial y por eso mismo irá tatuada de supernovas por siempre por todos los continentes de mi piel.

por siempre señora Luna, por siempre sabré que velara mis noches,
a millones de kilómetros de mi atmósfera,

y te veré entre la imaginación sideral de todos mis recuerdos,
y sabré que estas allí,
inmutada y silente,
acariciando mi existencia con tu lumínica pasión de medianoche...

c-4

Intro-versión I

Umbilicales enredaderas en total interconexión con toda mi verde esencia resplandeciente de ensordecedora luz,
recorriéndome en mi totalidad,
brotando follaje nuevo y de esperanzado color.

la tierra húmeda que despierta tus pies,
y el prana flotando en el aire,
inherte
tan solo ahí, cual manto estelar cubriéndolo todo en su totalidad.

La división de las palabras,
el jacarandal que no para de reír,

y es cierto,

todo se traduce a un instante continuado,
a la materialización del sin sentido,
a la industrialización de la visceral cuestión que me ha dado forma.

Me he negado rotundamente a enraizar parte ó la totalidad de mi ser a una causa mundana que al final musgo expedirá,
e infectará mi sistema con roída vegetación en descomposición.

Aspirando el oxidante y aniquilador dióxido de carbono, a la deriva de cierta demencia llamada rutina,
solitario en el transcurso de este viaje mediterráneo.
sonriente,
mientras la última varilla de sándalo desaparece de entre mis manos,
han empezado a florecer los botones de mis sonrisas.

Fabrizio

La travesía de mis palabras

Viajaban dispersos con el viento, fijando una ruta muy lejana. Deseando cada uno de ellos posarse algún dia, muy sutilmente sobre tu piel.

Muchos perdieron su rumbo, otros quedaron rezagados en el vacío infinito de la distancia, en el olvido.

Otros murieron calcinados, pues se posaron equívocamente en otros labios.

Algunos murieron felices en las profundidades de las lúgubres aguas del tiempo, cedieron a la desesperanza, soñando eternamente con verse reflejados en tus ojos.

Pero una sola, la mas tenue y difusa, la que creía en el olvido,
una sola palabra resistió el embate del tiempo,
resistiendo al invernal y mórbido abismo,
resistiéndolo todo.

y pudo descansar porfín entre tus mediterráneos senos,
dió un último suspiro y se disolvió finalmente entre tus aguas...

Fabrizio

Poesía que no debe ser leída

...y le dedicaba versos a tu piel desnuda de sándalo,
a esa piel de mística procedencia.

y a tu lejanía precisa,
a tus hombros desdibujados en mi mente,
al vaivén de tus caderas,
en contoneo felino anunciando una sonrisa perpetua.

Y todo mi ser te reclama de una demencial manera,
de una manera destructiva y sutil.

Ya mi jardín se niega a florecer una vez más,
estoy jodido y radiante.

Y todas mis ganas se empeñaban en mostrarme lo abismal de este asunto,
que habitas yá, mis rincones mas diáfanos y ocultos.

todos mis versos estan impregnados con saliva tuya y mía,
con poesía que no debe ser leida,
toda letra y todo espacio,
lleva tu aroma, musa mía.

La lluvia no moja igual que antaño,
se ha secado un riachuelo muy importante.
mi vegetación muere lentamente,
pues tu dejaste de visitarla en aquellas calurosas tardes de verano.


Fabrizio

hilos de tu saliva formando una telaraña

Todo dá un revés de brusca manera,
la desmargaritación de mi ser ha empezado a hacerse notoria...

no, no es el cielo gris que llueve mojante. Soy yo el que llora mi desventura,
nubarrones entrecortados susurrándome oxidantes palabras descascaradas al oído.

Extrañar,

es ese acero ardiente que atraviesa mi pecho,
ese sentir caer al vacío infinitamente por dentro,
esa saliva tuya que aún puedo oler entremezclada con el sándalo en mi piel.

escuchar tu voz,

entretejer cada carcajada que hemos compartido,
naufragar entre los pliegues de tus húmedos y fértiles labios,

a la deriva de tu sonrisa,

sin rumbo por toda tu geografía de miles de rojos margaritones,
por donde solo yo conozco,
donde ese lunar me sonrie suspicazmente al oído,
por tu danzante manera de caminar.

hilos de tu saliva erizan mi piel que te reclama como abrazo a un anaranjado atardecer,
tu olor es cási un suspiro atrapado entre la penumbra de mis huesos,
casi una silueta,
una flor a la deriva.

Fabrizio

Derrepente y tus ojos de embrujo

¿Como negarle versos a tus ojos si fluyen como vivarachas cascadas de agua fría cada vez que los veo?

Podría recorrerlos a pie, y emprender largas jornadas de día y noche, para recorrer muy lentamente ese par de luceros que encandilan mis noches susurrantes sin ti.

No digas nada, y seamos juntos un silencio, un silencio de esos que antecede a una caricia, un susurro. el instante preciso antes de perder la cordura, el aterrante placer de ese preciso segundo antes de robarte un beso.

Fzio

las flores negras

Sigilosamente se fué escurriendo por entre mi piel agrietada toda la espumosa y gris podredumbre de esta citadina versión acartonada de alguna de mis realidades.

y me siento un extraño a la deriva de viscerales imágenes vomitadas en periódicos, la tenue sensación enjaulante de sentirme depredado.

Mientras tanto proseguía el festín de aquellos chacales, la patria ensombrecida de dolor, perdía por momentos su conciencia, con cada víscera que le era arrancada a sádicas dentelladas.

yo solo quería escapar,
escaparme por entre la maleza
desaparecer entre la boscosa naturaleza.

a veces he pensado que es mejor empezar de cero, un millón de kilómetros muy lejos. Este cadáver se cae pedazo a pedazo y he empezado a cuestionarme el porqué he de seguirme alimentando de ella, porqué atesorar su roído sabor.

Quizá sea nostalgia solamente,
ya no importa
ya estoy dañado.

Sii tan solo desaprendiéramos un poco y empezáramos de cero, seríamos una potencia agrícola, reverdeciente, Maya.

Lugar de zapotes y cacaos,
tierra húmeda de sangre aborígen.

Mientras tanto el festín proseguía,

una a una mutilando sus carnes,
sin fin ni principio,
juntos al precipicio.

Fzio

La lluvia

Sonreías de par en par como agua de lluvia de Enero,
y tu piel desdibujaba otoñales recuerdos de dolorosas espinas decadentes,
por entre tus labios fué apareciendo un tibio amanecer entre tus hojas,
que pude ver desde muy lejos.

Y me voy perdiendo entre el olor a tu saliva y a la tierra húmeda que nos cobija,
y puedo palpar cada suspiro que nos separa, (y nos une)
puedo verte tiernamente a los ojos y descifrar misterios,
puedo crear un nuevo universo solo para los dos,
con tus labios como origen.

He de dejar volar el enjambre imaginativo de abrazarte con el pensamiento,
y de jugar creativamente con cada hebra de tu cabello, formando telarañas en el firmamento.

mientras tanto la noche caía y nos desvestía de estrellas, y solo un tenue azul oscurecido fué testigo de lo que aconteció entre la hojarasca.

Aún recuerdo tu piel al descubierto, la remembranza cobra un sentido insospechado.

Aún puedo recorrerte con la yema de mis dedos, y quedarme solo un ratito acurrucado en cada pliegue de tu espalda, en cada curva en cada susurro, en cada esquina que creamos vos y yo.

Sonreías sin decirme nada, y yo como ocaso impertinente del otro lado del abismo,
deseando destruirlo todo, el tiempo y la lejanía del brillo de tus ojos.

hoy he decidido retar a toda lógica, y sonreirle a tu recuerdo diáfano y transparente.

hoy he decidido caminar bajo la lluvia sin rumbo y sin miedo ni certeza,
hoy le sonrío a la incertidumbre emocionante de verme reflejado una vez más en todo tu ser,

quizá mañana amanezcas un poco más cerca de mi constelado horizonte..

Fabrizio