Pensarte,
de mil maneras,
como una gota de fugaz rocío que corre lentamente por la memoria,
prendiéndolo todo,
sintiéndome todo.
Es por eso que la distancia se desmargarita al tocarte,
como burbujas navegantes taciturnas,
puedo sentirte aquí conmigo en ese preciso instante de pensarte,
me sabes a flores de Luna, intacta y nocturna.
Y quizá sea por un instante que puedo sentirte la piel,
entonces cierro mis ojos y vuelvo a tomarte la mano,
y navegamos juntos por nuestra dicha en un pensamiento de papel,
que hasta la lluvia sintió celos del encuentro aquel.
Te tomo por la cintura y te rodeo con mis versos,
es tan cierto que perteneces a un cielo constelado,
diviso en el horizonte tu brillante sonrisa de amanecer enárbolado
te pienso de nuevo, como sándalo danzante en mi universo.
Fabrizio Aragón
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