Suelo ser un gran camino por donde tus pasos se han quedado posterizados,
suelo ser un lugar de peregrinaje paradisíaco,
por donde tus primeros intentos de mujer fatal han cobrado vida.
suelo ser agua marina embotellada con ansias de tocar tus labios.
y embarcaciones descascaradas cubiertas de corales y caballitos de mar.
Porque cada centímetro de tus manos huele salvia natural,
y tus ansías de perversa niña me deambulan al azar,
porque conozco de memoria la geometría de cada esquina de tus ojos manantial.
De manera clandestina te internaste en la frondosidad de mis selvas,
y lo sabía,
y lo sabías,
tu inocencia perdida tiñó mis aguas de ocre alegría consumada,
y de cierta forma te encontré intacta,
deambulando taciturna por una isla abandonada,
encontré lo que habías olvidado, encontre una carta.
La encontré en blanco,
te habías ido.
y amaneció en mi de nuevo,
un día y otro,
hasta que llegó ese día,
te me fuiste perdiendo en la inmensidad de la mar...
Fabrizio
No hay comentarios:
Publicar un comentario