Al fondo suena un piano,
y una hélida sensación me recorre el pensamiento.
oculta y distante, entre la espesa neblina,
te me apareces tú,
como mi satélite preferido,
como mi mejor verso materializado.
Heme aquí dedicándole versos a la Luna,
remembrando el olor de tu saliva entremezclada con la mía,
desabotonandole las ganas a una caricia medianoche,
siendo el incienso de cada sonrisa que tu inmensidad me prodiga.
Luna,
Luna que estás tan lejos y tan cerca,
regálame de tu menguante mirada,
acaríciame con tus mareas de playa medianoche.
Luna, Luna que orbitas mis versos de madrugada,
regálame un pensamiento cada día,
una sonrisa a la mitad de tu distancia,
y un buenas noches cuando caiga el alba.
Como no te me quitas de las ganas,
como te me apareces de repente.
así, sin mediar tregua,
como me haces hablar en el silencio.
Fzio.
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